4 de diciembre de 2012

Un deseo de venganza.



Me siento mas segura, como si haberle dicho todo eso hará que calle y no diga nada, vamos a comer y le digo que venga conmigo para enseñarle mi plan de ataque. Haymitch se sorprende un poco al ver cuando entro con el pero no pregunta nada, pasamos toda la tarde explicándole muchas cosas y diciéndole estrategias. Ya cuando anochece nos vamos a dormir y le digo que a la mañana siguiente tendrá que hacer los mimos ejercicios que le pedí pero que ahora correrá 4 kilómetros y que así iré aumentándole cosas.
Pasa un mes y Dan y yo nos volvemos buenos amigos, el me cuenta mucho sobre su hermana, que ella era buena haciendo pan y que era muy alegre. Me dice todo lo que cambio el reino cuando partí, aunque no es necesario ya que se todo pero no se lo menciono. Le enseño muchas tácticas de ataque y a usar una espada, le quería enseñar a usar el arco pero tenia una puntería horrible. Se va haciendo mas fuerte y es mucho mas ágil, también le enseño a trepar arboles altísimos en cuestión de segundos. Por extraño que suene era muy agradable pasar tiempo con el, además el se hizo muy amigo de Annie, creo que la quiere porque eh notado que siempre se sienta alado de ella en la mesa y que le hace mucha platica, por alguna extraña razón cuando pienso eso creo que me dan ¿celos?, seguramente estoy alucinando pero de algo si estoy segura siempre que estoy junto a el es como si todo desapareciera y solo quedáramos los 2, siempre me saca una sonrisa pase lo que pase y es muy agradable estar junto a el. Pasa otro mes…
-Ya termino la practica de hoy.- Ya es de noche y estoy muy cansada, aunque parece que el sigue con mucha energía.
-Te acompaño a tu carpa.- Se ofrece.
Caminamos y hablamos sobre como ah mejorado estos dos meses.
-Es genial pasar tiempo contigo.- Dice de repente.
-Si, también es agradable estar contigo.- Lo volteo a ver y sonrió.
Llegamos y nos despedimos, a Dan lo conozco desde que era una niña, su familia siempre le sirvió a el castillo, pero muy pocas veces hable con el por lo mismo, el solo era el hijo del panadero.
Pasan los días, y ya solo falta una semana para la última batalla y todo se vuelve incomodo en el lugar, ahora estoy mas ocupada que nunca, lo bueno es que muchos reinos respondieron y mandarían algunos de sus guerreros ah ayudar, y varios pueblos se ha unido y muchos mas ciudadanos del reino se han venido a unir, algunos son muy buenos en pelea así que no dudo en que entren, mientras mas mejor.
Es de noche y estoy junto a un pequeño arroyo, creo que debo de tranquilizarme y descansar y un poco, ah habido mucho trabajo en estas semanas además eh tenido varias personas que entrenar.
-Hola.- Dice Dan al llegar.
-Hola, ¿Qué haces aquí?- Palmeo el pasto para que se siente alado.
-Pues rondando, venia a relajarme un rato, pero veo que alguien me robo la idea.- Reímos los dos.
-Robar suena muy feo, mejor digamos que alguien mas listo lo pensó primero.- Lo volteo a ver y el me saca la lengua, desde que el llego aquí creo que todo a cambiado mucho, yo no solo me preocupo por la guerra si no que también me divierto con el.
-Creo que dentro de una semana ya no volveré a saber de ti.- Suspira.
-Creo que no…- Un silencio se forma en el ambiente, volteo a verlo y el hace lo mismo, amaba sus ojos verdes, siempre me perdía en ellos.
-Se que te gusto mucho, pero tu mirada acosadora me da miedo.- Suelta una carcajada.
-No te equivoques, es obvio que eres tu el que esta perdidamente enamorado de mi.- Sigo su juego.
-Tal vez eso sea cierto.- Pone cara seria y se me queda viendo.
-Que hermosa noche.- Cambio de tema bruscamente, sinceramente fuera o no juego lo que dijo no quería saberlo.
-Pensé que nadie mas podría apreciar noches como estas.
-¿Ah que te refieres?
-Bueno, no hay una sola estrella en el cielo, para muchos eso es horrible, pero si lo ves desde otra forma, la luna hoy esta en su apogeo y brilla como nunca, mientras que unos ven oscuridad yo veo un cielo hermoso eh iluminado, no necesito muchas luces con una es mas que suficiente para que la noche sea reluciente.- El entendía perfecto a lo que me refería.
-Creo que debería volver al campamento.- Me intento levantar pero el sostiene mi mano y hace que caiga para abajo. Lo miro fijamente, cada rasgo de su cara, sus labios perfectamente trazados y sus ojos vendes llenos de vida, el se va acercando lentamente a mi hasta que nuestros labios están solo a unos milímetros de tocarse, en un rápido movimiento lo separo de mi.
-¡No debemos!- Grito, todavía estoy confundía por todo lo que esta pasando, agacho mi cabeza y mis ojos empiezan a salir lagrimas. Las intento retener, cierro mis ojos con mucha fuerza y respiro hondo, no puedo hacerlo, no quiero olvidar el pasado y menos suplantarlo. El solo levanta mi cabeza con su mano de una forma muy delicada, yo seguía con los ojos cerrados y me atrae hacia el con un gran abrazo mientras esconde su cara en mi cabello.
-Nadie puede soportar tanto dolor.- Susurra a mi oído.- Todos deben de demostrar tristeza alguna vez, se que piensas que debes de ser fuerte y valiente pero es mas valiente la persona que se atreve a superar sus miedos no el que no tiene estos, es mas fuerte la persona que sabe que es débil, porque se esforzara por superarse.
Lo miro directamente a los ojos, el seco con su dedo índice las lagrimas que recorrían mi mejilla, sonrió y ahora fui yo la que se acerco a el lentamente, el me siguió y cerré los ojos, cuando  me di cuenta sus labios ya estaban tocando los míos, fue un beso lleno de ternura.
-¿Interrumpo?- Volteo y era Haymitch, me levanto rápidamente aunque mi cara esta roja de la pena.
-N-n-noo.- Tartamudeo al hablar.
-¿Seguros?- Dice divertido, Dan solo se queda viendo y creo que escucho que el suelta una carcajada, lo volteo a ver y le enseño una mirada asesina.
-Deberías de verte en este momento.- Vuelve a reírse y Haymitch le sigue.
-¿Qué querías decirme?- Intento enojarme pero por dentro me rio.
-Ah si…- Esta intentando recordar lo que me iba a decir y cuando lo recuerda se pone serio.- Mucha gente llego hace unos momentos, cada vez hay menos espacio y no sabemos que hacer.
-Bueno, planten mas parcas y si llega mas gente, que los pequeños duerman 2 por camilla.
-Esta bien, les diré a los demás que no hagan, me retiro.- Al irse alejando voltea y grita.- ¡Lamento haber interrumpido.- Se va riendo.
Me enoje un poco porque no era tiempo de bromas y jueguitos, volteo a ver a Dan que se esta levantando.
-Bueno, ahora si es hora de volver al campamento.
No dice nada mas y partimos a el campamento, el me acompaña a mi carpa y antes de entrar se acerca a mis, yo cierro los ojos pensando que me va a besar.
-Buenas noches, descansa- Susurra y después me besa la mejilla, yo solo entro rápido y al acostarme en mi cama me quedo viendo un buen rato hacia arriba.
¿Qué estaba haciendo? Estamos en medio de una guerra y yo, la comandante, capitana, líder de esta revolución contra la opresión me comporto como una chica tonta enamorándome, pero al pensar en el sonrío. Ya es suficientemente raro que una chica lidere una revolución como para enamorarme, pero bueno, sigo siendo humana y tengo sentimientos. Suelto un suspiro largo. Sera mejor dormir, porque si sigo así perderé el tiempo que tengo para descansar.
La semana pasa rápido, eh estado muy ocupada alistando todo, algunos grupos ya se fueron para revisar el perímetro, otros están alistando todo y yo tengo que poner todo en orden, decir que gente va y cual se queda, muchos médicos partieron ya para instalarse en un lugar seguro y escondido. Annie partirá el miedo día que yo junto con mi tripulación, con Dan sigo sin saber que hacer, eh intentado alejarme de el, preferiría no pensar en todos mis sentimientos de adolecente enamorada y concentrarme pero las pocas veces que lo veo el me besa y no puedo evitar seguirlo, me a dicho varias veces que me ama pero yo no respondo nada.
En un desierto solitario, el aire esta fuerte pero la arena no me cala, camino contra la corriente y diviso un gran árbol con varios frutos, tiene manzanas, naranjas, duraznos, limones y mas… Al llegar al árbol alcanzo a ver una sombra, me acerco mas y mas, es una persona encapuchada, me pongo frente a la persona y al quitarle la capucha desaparece y solo queda su ropa en la arena, no me extraña y sigo caminando hacia adelante no sin antes tomar un limón.  Veo un gran estanque en la cual esta Dan, el se esta asomando cada vez mas y mas, yo la observo desde atrás y no digo nada de repente ella me voltea a ver.
-Adiós.- Dicen sus labios, algo lo jala hacia adentro, yo corro desesperada y al asomarme no había nada mas que una papel, que saco del agua, por alguna extraña razón no esta mojada y al leerlo decía:
Tu fin se aproxima.
El limón que tenia en la mano se convierte en una llave y dos puertas aparecen, Finn esta enfrente de una y me acerco corriendo a el, desesperada.
-Una puerta tiene lo que deseas y la otra tiene lo que necesitas.-Dice
 El se convierte en arena y desaparece, yo no digo nada mas y abro la puerta de la derecha al abrirla mis ojos se abren y no creo lo que hay adentro es…
-¡MISAKI!- Una voz me despierta, para mi sorpresa era Dan, no Peter.- Despiértate, me da un beso en la frente y yo solo reacciono y me siento rápido en la cama.
Ya tenia su armadura puesta y en su cintura colgaba su espada. Mi armadura me la había puesto desde la noche anterior.
-¿Qué haces tu aquí?- Digo algo divertida.
-Pues no lose.- Sonríe al decirlo.
Era la una de la madrugada, nosotros íbamos a ir al castillo que no quedaba a menos de medio día desde donde estábamos. Nos toco la batalla mas interesante.
-Te ves hermosa, siempre…- Dice de la  nada.
-¿Enserio? Es hermoso que lleve una armadura y tenga en mis manos mi arco y flecha, wow que forma tan rara de ver lo hermoso.- Rio y el solo me observa, se acerca a mi y me da un gran y largo beso.
-Para mi todo lo que tenga que ver contigo es hermoso.- Me da otro beso pero mas corto.
-Oye enserio ¿Por qué viniste?- Me pongo un poco seria.
-Pues quería decirte que te amo, que lo eh echo siempre, desde que éramos niños yo siempre te espiaba en secreto, me aprendí cual era tu pan favorito, recordé tus horarios y así podría observarte sin que fuera tan raro, cuando supe que te ibas a casar con Finn mi corazón se destrozo pero seguí sufriendo en silencio, te quería y nunca lo demostré, nunca te hable porque sabía que yo solo era el hijo de un panadero y tu eras una princesa. Cuando supe que escapaste mi corazón se destrozo pero yo seguí sin expresar nada, no podía nadie entendería y ahora que estoy junto a ti se lo que es vivir, algunas veces tengo miedo de que todo sea un sueño.- No supe que decir y solo lo mire a los ojos, el me quería desde que éramos niños, nunca supe yo solo sabia que el era el hijo del panadero, yo solo pensaba en mi misma y nunca vi que el estaba ahí.
Intento acercase a mi y besarme pero mis manos lo detuvieron y lo alejaron, solo mire hacia abajo, seguía sin saber que decir, lo mire a los ojos detenidamente.
-Te amo.- Susurre.- ¡Te amo!- Ahora grite.
El solo me abrazo y me dijo al oído.
-Lo se.- Me besa la frente y sujeta mi mano.- Es hora de partir.- Sonríe.
El viaje es algo largo y pesado ya no pudimos descansar mucho, pero al llegar ya estaban todas las tropas alistadas.
-Ya esta abierta la puerta del castillo, solamente unos soldados se están encargando de las molestias que se presenten.- Dice un chico que nunca había visto, ya que el había partido desde hace 3 años para este lugar, era nuestro informante y nunca lo conocí en persona. Haymitch era el que se mandaba cartas con el.
Esperamos una hora y llegan algunos soldados, con toda clase de heridas, unos cargan a sus amigos ya fallecidos, es lo malo de la paz, que para lograrla debe de haber guerra.
Partimos rápido, yo se exactamente donde queda el castillo pero aun así sigo al guía, posiblemente el castillo haya cambiado en estos 4 años. Al llegar no podía creerlo, ya no era lo que fue, estaba destrozado por los ataques que ha habido además el lugar se sentía deshabitado, vacio, solo.
-Pareciera que ah sido abandonado desde hace décadas.- Dice Dan, parece que me leyó la mente.
En la puerta no había nadie, todos habían sido asesinados por el otro equipo, nosotros solo nos encargaremos de matar al rey que debe de tener a sus mejores guerreros en donde esta escondido y se perfectamente donde, en el cuarto donde jugaba de niña.
Fuimos entrando, aparecían algunos enemigos que rápidamente matábamos, nos preparamos para lo mas difícil. Recorrimos algunos pasillos, cada vez que nos acercábamos mas tenia escalofríos recurrentes ya que todo eso fue mi pasado de alguna forma, Dan me volteaba a ver y asentía diciéndome que todo estará bien. Al llegar el cuarto alguien pateo la puerta y estaba Snouk, son una muñeca con la que jugaba cuando era niña, había un pasillo echo de soldados eran 20 aprox.
-Tu muñeca favorita ¿verdad?- Snouk hablo, con esa voz tan maléfica y su sonrisa diabólica.
-Lo recuerdas, wow, premio al padre del año.- Dije con sarcasmo.
-Claro lo recuerdo, tu madre te la dio cuando cumpliste un año, pobre mujer sufrió tanto solo porque tu tuvieras una buena vida y mírate ahora, queriendo matar a tu propio madre, ella debe de estar decepcionada.
-Si ella estuviera aquí, me felicitaría por matar a una escoria como tu.
-¿Me mataras?, como yo mate a tu amado ¿Cómo se llama?, ¿Felipe? No, ¿Fincresio? No, es cierto, era Finn pobresito muchacho murió joven igual que lo aras tu.- Arranco la cabeza de mi muñeca y fue como una seña, sus soldados atacaron. Los mios también, yo solo mate a uno ya que mi equipo se encargo de los demás. Vi que una persona estaba parada, como paralizada y al mirar fijamente me di cuenta que era Dan yo me acerque a el en ese baño de sangre y muerte.
-¿Qué pasa?- Pregunto mientras me acerco.
-Alado de Snouk, esta el, mi amigo que me traiciono.- Voltee a ver y es cierto, estaba un chico de unos 23 años, era grande y fuerte, en su mano cargaba una espada.
-No te preocupes, el pagara por todo lo que te hizo, mejor ve a buscar a tu hermana debe de estar en los calabozos de abajo llévate a 10 hombres contigo y es una orden.- El solo asintió y se llevo a los 10 hombres que le dije, éramos ahora solo 12 personas, algunos estaban peleando, yo fui caminando hacia Snouk matando a cualquier persona que se me pusiera en el camino. El puse la espada en su cuello.
-Este es tu fin.- Ignore a el amigo de Dan, el solo se conformaba con ver.
-¿Me mataras? A mi un viejo que no tiene armas ni escudo, ni siquiera tengo una armadura como tu.- Sonríe macabramente
-Tu mataste a mi madre, una mujer que nunca hizo daño a nadie y no tenia ni una sola arma, ni siquiera la mataste tu maldito cobarde, mandaste a tus soldados estúpidos a hacerlo, tu nunca te ensucias las manos.
-Toda la gente que amas a muerto, y no ah sido por mi culpa, fue por tu culpa, si tu madre nunca te hubiera tenido se hubiera echo mas vieja y fea y no la hubiera matado si no te hubiera enamorado de aquel chico el estaría vivo, tal vez el encontraría a su verdadero amor y no una chica que lo único que le trajo fue la muerte.- No aguante mas y le encaje la espada en el cuello, el solo se retorció y lo vi desangrar, al caer en el suelo el chico a su lado me miro y puso su flecha en el arco, vi que no apuntaba a mi, si no a Dan que había llegado y tenia a su hermana alado.
Lo derribe rápido y empezamos a pelear, el era fuerte pero no era muy ágil, aquella armadura que traía era pesada y rígida y la mía me daba movilidad. –
¡Misaki!- Escuche a Dan gritar y al voltearlo a ver, sentí la punzada en mi estomago, me encajo un pequeño cuchillo en un lugar donde la armadura no llegaba.
Dan corrió rápido y mato a su amigo, yo caí al suelo, la daga estaba envenenada, sentía el dolor recorriendo mi cuerpo. Dan al verme caer me gritaba cosas pero no alcanzaba a escuchar nada, veía que sus ojos se llenaban de lagrimas, mis manos temblaban, mi visión se iba por unos momentos y mi respiración de hacia muy lenta, sentía como todo se iba muriendo por dentro. Lo último que vi fue a Dan diciendo algo y lo que sus labios decían al moverse eran un te amo, mis ojos se cerraron, mi respiración se fue haciendo mas lenta y con lo poco que me quedaba de aire logre susurrar.
-Te amo.- Mi corazón se apago y mi vida junto a el también.
Volvía a estar en aquel desierto donde estaban las mismas puertas, la que había abierto era oscura pero entre. Había un largo laberinto, no podía ver nada solamente grandes paredes de roca a mi alrededor, estuve horas caminando y al llegar al final ahí estaba el, Finn estaba parado.
-Bienvenida.- Sonrió.
Yo corrí a lo abrace, lo mire a los ojos.
-Te extrañe tanto, lo siento, lo siento.- Ya no lo amaba, ahora no era a el a el que iba a extrañar en la eternidad.
-Lose, y sé que encontraste a ese alguien especial, esta bien porque yo nunca lo fui yo solamente fui el ángel que te guiaba en tu camino.
Pasaron años, que fueron eternidad, desde donde estaba supe que Haymitch había sido quien tomo el poder del reino, Annie murió en un ataque sorpresa, no la pude ver ya que Finn me decía que yo tenía cuentas pendientes y ella no así que tenía que esperar para volverla a encontrar, la hermana de Dan se llamaba Luci ella no me conocía pero en mi funeral canto una hermosa canción y estuvo triste por mi muerte, estuve con Finn el me explico que estaba muerta aunque eso ya lo sabía me dijo que en algunos años Dan estaría aquí junto a mi solamente debía esperar. Una tarde estuve buscando a Finn y lo no encontré, busque en cada puerta que era una mundo diferente, no estaba en ninguna así que decidí buscar en la puerta de tenia escrito PROHIBIDO en rojo y la puerta era negra, al entrar estaba Finn y me volteo a ver después me regalo una gran sonrisa.
-Ya está aquí.- Dijo, yo no reaccione, no sabía si era verdad pero corrí lo mas rápido que pude hacia Finn.
-¿Dónde?- Dije desesperada.         
El solo señalo a un árbol enorme, no dije nada y seguí corriendo hacia el árbol al buscarlo no estaba y me decepcione por completo.
-¿Quién soy?- Sentí unas manos tapando mis ojos, yo reconocía su voz y voltee a verlo, era Dan, el mismo que conocí hace año, es como si el tampoco hubiera envejecido. Yo arrebate sus manos de mis ojos, lo mire a la cara y no lo pensé de nuevo y bese sus labios.
-Te amo.- Susurre al despegarme.
-Te amo.- Me dice.
En ese momento llega Finn.
-Es mi hora de partir ya cumplí lo que debía aquí, ahora tengo que ser ángel de alguien mas.- Solamente vi que fue desapareciendo mientras mas caminaba y otra puerta apareció en donde el se desvaneció por completo.
-¿Entramos?- Me dice Dan
-Claro.- Nos tomamos de la mano y decidimos entrar, en aquella puerta estaban muchos conocidos, míos y de Dan mi madre estaba ahí ella solo me abrazo y me dijo que me extraño mucho, todo era hermoso, todo iba a ser perfecto y tenia una eternidad y un poco más para disfrutarlo.




Candy:
Bueno chicas esta es la segunda parte, no eh revisado si tiene errores y no podre publicar en un tiempo, como se dieron cuenta estoy en examenes y proyectos y shalalala ._. ademas tengo actividades en las tardes y pues lo siento enserio mucho pero no podre publicar como hasta dentro de 2 semanas.





1 comentario:

  1. Me encanto el final es un final diferente a la de otras historia felicitaciones y tranquila q yo esperare pero eso si no te tarde mas dos semana. Chao :p

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