22 de mayo de 2013

Blancanieves y las 7 princesas

Candy:
Hola chicas, bueno subiré un cuento que hice para español (si otro) pero este lo hice primero cuento y luego obra, ya que vamos a hacer una obra de teatro.

Era hace una vez en el reino de los enanos. Vivía el rey y la reina. La reina era conocida por su hermosa y melodiosa voz, el rey estaba perdidamente enamorado de ella, por esta razón era el único ser humano que el había amado.
Un hermoso día la reina se entero de que estaba embarazada y esto trajo alegría, mas en ese momento no se sabía todo lo que este hecho contraería.
El día que la reina tuvo que dar a luz hubo un problema en el parto y aquel día la reina no pudo cantar nunca mas, ya que su cuerpo permanecía frío e inmóvil en aquel lugar.
-¡Esta muerta!- Sollozaba el rey al ver a su amada ante sus pies. No respiraba ni daba señal alguna. Solamente permanecía su belleza mas con una piel blanca y helada.
El rey fue a ver a su hija la cual estaba despierta pero no lloraba ni emitía ruido alguno.
El rey odio y maldijo a aquella niña, que le había arrebatado su única razón de ser. Su odio y desprecio fue creciendo conforme a los años.
Aquella dulce niña fue llamada Blancanieves.
Ella siempre sintió el desprecio de su padre mas aun así lo amaba ya que era su única familia
Blancanives nunca hablo, siempre fue muda. Podía ver, oír, oler, todo podía hacer. Menos hablar. Los doctores nunca encontraron el porque de aquello, mas ella lucía feliz así.

-¡Maldita niña!- Decía el rey a si mismo.- ¡Se llevo la voz de mi amada y esta inútil ni siquiera puede emitir un sonido! No sirve para nada, ningún príncipe la quiere ya que no es muy linda y parece tonta ya que hablar no sabe.
El rey solo pensaba en Blancanieves era un estorbo, no me merecía vivir, no para él.
Ese día el rey decidió vengarse, ojo por ojo diente por diente, pensó el. Acabar con la vida de su propia hija era la opción y entonces mando a llamar al cazador.
-¿Qué se le ofrece mi señor?- Pregunta el cazador haciendo una reverencia.
-Necesito que me hagas un pequeño favor, mejor dicho un gran favor.- El rey tenía una cara maliciosa que asusto un poco al cazador.- ¡Claro que serás bien recompensado!- El cazador pensó ¿qué era aquello que el rey quería?
-¿Cuál es su petición mi rey?, yo cumpliré sus deseos.- Dijo el cazador.
-Quiero que te lleves a mi hija al bosque y la asesines.- El cazador se quedo pasmado.
-Pe-ero…- Tartamudeaba el cazador al hablar.
-Además, quiero su corazón.- Dijo con la mirada perdida su voz sonaba fría como su hablara de un animal.
-Señor es que…- Intentaba protestar el cazador.
-Si cumples tu misión tendrás todo el oro que desees.
Al cazador lo corrompió la avaricia y acepto aquel trato.
-Esta bien.- Respondió un poco forzado.
Ese día la muerte de Blancanieves fue marcada.
El cazador cumplió su misión, llevándola al bosque pero al ir caminando con ella se dio cuenta que aunque no hablaba era muy inteligente y amigable.
-Blancanieves necesito decirte algo.- Dijo el cazador.
Blancanieves solamente asintió con la cabeza.
-Tu padre me mando a matarte, más ahora que te conozco bien, no quiero hacerte eso, eres una persona muy buena con un gran corazón, tú no mereces morir por culpa de un resentimiento viejo y vació. Te ayudare a esconderte, conozco un lugar donde te podrían recibir.- Dijo el cazador.
Blancanieves soltaba lágrimas y asentía. Le dolía saber que su padre sea quien quería acabar con su vida, pero muy en el fondo ella ya lo presentía mas no que la asesinaría tal vez que se desaría de ella. Su corazón se rompió en ese momento mas tuvo que ser fuerte y seguir adelante. Ella merecía vivir, y además quería hacerlo.
Del otro lado del bosque había un gran castillo, alrededor de un jardín hermoso lleno de flores. En aquel hermoso castillo, vivían 7 hermosas princesas. Cada una era diferente, Genia (Se pronuncia Yenia) era una chica muy inteligente, Felizpor su parte siempre veía el lado positivo de todo sonriéndole a la vida, Tammy era una chica algo tontina pero no importaba ya que tenía un gran corazón, Dormilona era una chica dormilona, tomando siestas todo el día y cuando no lo hacía se la pasaba bostezando, Achua fue llamada así ya que la primera palabra que emitió fue Achu, siempre estornudando por ahí, Tontina era una chica algo torpe mas era tan tierna e inocente que era las mas querida y Griselda era la mujer mas gruñona y enojona de todas, mas en el fondo era buena pero claro nunca lo demostraba siempre con su mal humor.
Las chicas cada día iban a su espejo mágico y le preguntaban, ¿Quién es la hermosa del reino?
El espejo se ponía a pensar por unos momentos y siempre les respondía lo mismo.
-Cada una de ustedes es hermosa.- Decía.
-¿Por qué soy hermosa yo?- Pregunto Genia.
-Genia, bueno tu eres hermosa por tu gran cerebro, tienes tantos conocimientos, suficientes para que cualquier persona se interese en ti y tenga una agradable conversación contigo.- Decía el espejo.
-¿Y yo?- Preguntaba Feliz.
-Feliz…Tu enamoras con aquella sonrisa, siempre alegrando hasta la más horrible situación.- Respondió el espejo.
-¡Dime a mi dime a mí!- Decía Tontina.
-Tontina, tu a pesar de ser un poco torpe eres una chica tierna y de buen corazón siempre pensando en el bien de los demás.- pero Tontina ya se había puesto a ver otra cosa.
-Yo no soy hermosa, nadie se nota que estoy aquí.- Decía Tammy en voz muy muy baja apenas perceptible pero el espejo la pudo escuchar.
-Tammy, tu niña, eres especial, mas no te das cuenta ya que siempre esta alejada de la gente, no temas de ella.- Decía el espejo.
-¡Achuuu! ¿Qué pasa conmigo? A mi nadie me quiere cerca ¡Achuu!- Decía Achua.
-Achua, a pesar de todo, eres una chica especial, siempre estas enferma pero con ese destello en los ojos que llenas de esperanza.- Decía el espejo.
-¿Qué hay de mi?- Pregunto Dormilona bostezando
-Dormilona, siempre viviendo entre sueños, imaginando lo mas hermoso del mundo y con esos pensamientos tan maravillosos alegras tu propia.- Dijo el espejo
-Pff… Que tonterías eso de ser bellas nadie lo necesita.- Decía Griselda en un rincón con su cara enojada
-Tu, Griselda, a pesar de ser así quieres mucho a tus hermanas, las cuidas de lejos mas no quieres que la gente note que eres débil y por eso actúas así. Solamente deberías sonreír.- Decía el espejo pero Griselda ya lo había ignorado por completo. Siento indiferente.
En se momento tocaron la puerta.
-¿Quién es?- Iba corriendo Feliz con su sonrisa en el rostro y abrió la puerta.
Al abrirla se quedo muy atenta. Veía a un hombre con una niña alado. Felicia por alguna razón sintió algo extraño al ver a aquel hombre a los ojos.
-Mi nombre es Adrian, soy cazador.- Decía el cazador.- ¡Necesito su ayuda!
-¿Qué pasa aquí?- Dijo Genia al llegar y atrás de ellas todas las demás hermanas.
-¡Necesito su ayuda señoritas!- Respondió el cazador.- Se que no me conocen pero he oído hablar de ustedes.
-Parece un buen hombre, prosiga.- Dijo Genia.
-Es que esta niña.- Dijo el cazador señalando a Blancanieves.- Tiene que huir de su padre que la quiere matar, me pidió que la asesinara en el bosque y le sacara el corazón mas mi alma no puede y yo tampoco, soy un hombre bueno pero la avaricia me corrompió en aquel momento siendo yo pobre desde antes de nacer, ahora les suplico que por mi error cuiden a esta pequeña niña, ella es la hija de aquel rey.
-¿Quién sería tan cruel de hacerle eso a su propia hija?- Decía Griselda con una cara triste pero después se arrepintió y volvió a poner su cara de enojo.
-El rey la odia porque al nacer ella su madre falleció.- Dijo el cazador.
Todas las princesas querían llorar menos Griselda solamente mostraba un poco de indiferencia.
-Pobre niña, nosotros te acogeremos en nuestro palacio.- Dijo Genia.
-Si ven a mis brazos querida y dime tu nombre.- Dijo Feliz abriendo los brazos.
-Otra cosa, la niña no habla, nadie sabe porque pero nació muda, puede oír, pero no hablar.- Dijo el cazador.- Su nombre es Blancanieves.
-¡Ay pobre de ella!- Decía Tammy un poco apartada.
-Esta bien cazador nos quedaremos con ella.- Dijo Genia.
-¡Muchas gracias! Son unos ángeles, por favor cuídenla mucho.- Dijo el cazador.- Ahora tengo que volver al palacio y le diré al rey que Blancanieves se ha escapado y por eso no puede traerla su corazón.
-La cuidaremos bien.- Dijo Feliz mirando al cazador algo sonrojada.
-Podre partir con alivio, gracias, volveré algún día por ella para que vuelva a su hogar.- Dijo Adrian el cazador alejándose del castillo.
Las princesas entraron a la casa, Feliz tenía abrazada a Blancanieves.
Las princesas estaban muy alegres ya que querían a Blancanieves como a una pequeña hermana.
-Eres tan linda.- Decía Feliz mientras la sentaba.
-Bueno ya que no puedes hablar, ¿sabes escribir?- Dijo Genia.
Blancanieves negó con la cabeza.
-¿Sabes hablar con señas?- Pregunto Tammy.
Blancanieves volvió a negar.
-Bueno, entonces podemos hacer algo.- Dijo Dormilona entre suspiros de sueño.
-Tal vez Genia le puede enseñar a escribir.- Dijo Achua con un estornudo.
-Yo le puedo enseñar a jugar con señas.- Decía Tontina jugando con sus dedos y mirando hacía el techo distraída de las propias palabras que decía.
-Tal vez podría.- Dijo Genia.
Así pasaron los días, cada princesa le enseñaba algo diferente a Blancanieves.  Al final Blancanieves aprendió a escribir con Genia, hacer señas con Tolondra , cuando estaba con Dora esta le contaba historias increíbles las cuales eran sus sueños, Felicia todos los días le cepillaba el cabello, Achua le enseñaba remedios para a gripe y con Tammy se ponía a jugar a las escondidas. La única que no se acercaba a ella era Griselda ya que a Blancanieves le daba algo de miedo, era una chica muy tosca y enojona.
Una noche las princesas tenían un baile mas no podían llevar a Blancanieves y al final se decidió que esta de quedaría con Griselda.
-Pero ¿por qué yo?- Protestaba ella.
-Porque te toco, es para que puedan pasar tiempo juntas.- Decía Genia
-Si, aunque no estoy segura de que se quede contigo.- Dijo Felicia.
-¡Mejor que se quede con Dormilona!, ella al final de cuentas siempre se duerme en las fiestas.- Refunfuñaba Griselda.
-¡No es cierto!- Mintió Dormilona bostezando.
-¡Te vas a quedar con ella y se acabo la discusión!- Dijo Genia.
Se hizo oscuro el día y las chicas estaban listas para partir, Griselda solo las veía salir con sus hermosos vestidos arregladas. Su cara no podía ser mas enojada en aquel momento. Blancanieves se despidió de cada uno con un pequeño beso. Ella solo miro detenidamente a Griselda.
-¿Qué pasa?- Dijo Griselda algo agresiva al notar como la miraba Blacanieves.
Blancanieves solamente negó con la cabeza y se fue a su habitación.
Esa noche hacía mucho viento y empezó a llover fuertemente, hubo una gran tormenta lo cual asusto a Blancanieves. Griselda se asusto también pero de la seguridad de Blancanieves así que corrió a su habitación, la vio ahí acostada en la cama, con ojos con lagrimas.
-No llores pequeña, todo esta bien.- Dijo Griselda con una voz rara, intentado sonar tierna pero al mismo tiempo fría.
Blancanieves seguía llorando. Ella le temía a las tormentas ya que siempre estuvo sola en esos días, no tenía nadie que fuera a abrazarla ni a consolarla así que simplemente se encerraba y lloraba hasta que pasara anhelando una madre que la amara.
-¿Si te canto un poco te tranquilizarías?- Pregunto Griselda con un poco de desesperación.
Blancanieves la miro fijamente, no sabía que Griselda cantaba. Griselda le gustaba mucho pero casi no lo hacía ya que para ella la hacía ver débil ante los demás.
Griselda comenzó a cantar.
-Guarda silencio y a dormir, mamá va comprar un colibrí. Y Si el colibrí no canta asi, Mamá va a comprar un rosa carmesí Y si los rosa no vive mas, Mamá un gran espejo les comprara. Y si ese espejo se rompió, Mamá un gran abrazo les dará, Y si eso no les trae calor, Mamá les cantara con gran amor. Para llenar su corazón.
Blancanieves se quedo dormida.
-¡¿TU CANTAS!?- Gritaron las 6 hermanas al ver a Griselda cantar. Estuvieron ahí atrás de la puerta escuchándola.
-La van a despertar.- Dijo Griselda mientras las sacaba de la habitación.
-Dios que bien guardado te lo tenías.- Dijo Achua.
-Cállate, a ti no te incumbe.- Griselda volvió a ser la misma de siempre.
-Bueno eso no es importante, hay una emergencia.- Dijo Genia.
-¿Qué paso?- Pregunto Griselda.
-¡El rey la encontró!- Decía Tontina corriendo de un lado a otro.
-Descubrió que el cazador le mintió y entonces mando a gente a espiar en el bosque y nos vio con ella.- Decía Feliz muy apurada.
-¡El cazador no vino a avisar en cuanto pudo, esta intentando distraer al rey para poder darnos tiempo y huir con Blancanieves!- Dijo Dormilona, que no estaba tan dormida aunque de cualquier forma bostezo.
-¡Tenemos que correr y rápido!- Dijo Griselda.
-¡Yo la despierto ustedes agarren lo necesario!- Decía Tammy que se veía segura de si misma.
Las chicas agarraron lo que pudieron, todas se reunieron en la puerta y salieron al ver que Tammy venía con Blancanieves agarrada de la mano.
En la entrada estaba el cazador.
-¡Vengan chicas tenemos que apurarnos!- El Adrian el cazador le tomo la mano a Feliz y se fueron corriendo.
-¿Qué tiene esos dos?- Pregunto Griselda a Dormilona.
-Es que pasaron algunas cosas en la fiesta y…-Dormilona, apenas podía correr y estaba a punto de quedarse dormida.
-¡El amor los atrapo!- Dijo Tammy, al darse cuenta de lo que acaba de decir se puso roja.
Siguieron corriendo hasta que subieron a gran árbol el cual todos escalaron.
El rey iba corriendo mas escucho un sonido que lo hizo mirar hacia arriba, esta Achua había estornudado
-Shhh.- Dijeron todas a Achua.
-¡Vengan están aquí!- Grito el rey a los guardias pero estos no se veían.- Maldita sea tengo que hacer esto yo mismo.
El rey intento escalar pero piso mal una rama y se rompió, había una gran roca abajo y fue golpeado fuertemente en la cabeza. Estaba sangrando demasiado.
Blancanieves lo miro y bajo corriendo.
-¡No Blancanieves!- Dijo Tontina.
Blancanieves tomo a su papá entre sus manos y empezó a llorar.
-¿Por qué lloras mi querida niña?- Dijo el padre tocando su cara.- Yo un hombre ruin que deseo matar a su hija.
La niña señalo a su corazón.
-¿Me quieres enserio?- Pregunto el rey
Blancanieves asintió. Las princesas solo veían eso y el cazador estaba listo para bajar si pasaba algo.
-Que tonto fui, siempre fuiste igual a tu madre, valiente, fuerte y amorosa.- El rey estaba en sus últimos momentos de vida.
Blancanieves lloraba mas y mas.
-¿Podrías cantarme?- Dijo el.
-¡Que tonto ella no sabe hablar!- Dijo Tontina.
Blancanieves empezó a cantar. Aquella canción que Griselda le había cantado a ella, todas se quedaron paralizadas al ver que podía cantar.
El rey cerro los ojos. Todas las princesas bajaron rápidamente.
-¿Puedes hablar?- Pregunto Feliz.
-Si…, siempre pude mas nunca quise nadie nunca me pidió que lo hiciera así que no veía la necesidad de ello.- Dijo Blancanieves.
-Ohh pobre niña.- Dijo Tammy abrazándola.
Genia estaba verificando a el rey.
-Esta vivo.- Dijo esta.- Solamente algo mal herido.
Se lo llevaron al castillo y ahí fue atendido por las princesas. Al despertar el rey se disculpo con su hija. Blancanieves volvió a su reino donde estuvo junto a su amado padre, las princesas la iban a visitar muchas veces.
-Que hermosa historia.- Dijo el espejo.- Bueno al final cada princesa consiguió un príncipe, el de Genia se llamaba Erick, el de Tontina era un rey conocido como Carlos V, Dormilona con un chico llamado Gerson, Tammy con Harry, Griselda con Daniel y Achua con Victor Gabriel. Feliz y Adrian se casaron y tuvieron muchos, muchos hijos. Después las demás lo hicieron por igual. Ah y la princesa vivió feliz con su padre.


Candy:
Bueno si se lo preguntaban, si en vez de 7 enanos soos 7 princesas, es muy diferente solamente robamos los personajes xD y ¿adivinan quien  soy yo? Griselda... 
Y rentaré un vestido de princesa y todo eso para la obra y además cantaré jajaja que pena. Bueno comenten que tal esta por que es mi calificación y la de mi equipo (del cual soy jefa *presumiendo* oknoo) bueno... ¡COMENTEN ENSERIO! ahh y una cosa mas como se daran cuenta con esto les digo que no podre subir capítulo en un tiempo ya que empece examenes y proyectos :3 



14 de mayo de 2013


La triste agonía
de no tenerte
alma mía,
me mata y se disuelve
como gotas que no paran
ojos que sangran
y sonrisas anheladas.
Recuerdo aquella tarde de Abril
que yo te mire a ti,
esa simple figura deslumbrarte,
tal vez; empece a amarte.
Mire lejos de aquella ventana 
triste como la luna
nunca encontrada.
Te observe con ojos de dolor,
tus manos vacias igual que este ardor,
tu me llenas de vida y 
se va mi razón
ya que no sirve de nada,
solo como simple ilusión.
Te soñaré y te cuidare,
corazón; con todo mi  amor
mi odio y aquella destrucción.


Candy:
No crean que me he olvidado del blog, claro que no solamente que bueno la historia no he decidido mucho que destino seguirle pero este fin subo capítulo mientras le dejo aquí este pequeño poema. 
Dedicado a un amor resentido y rechazado 

Frase:
Una sonrisa oculta muchas cosas y ninguna de ellas son felices.