22 de octubre de 2013

Another Platonic Love Story: Capítulo 14- Pelea de cómida



Todas las miradas se posaron en mi ¿Y como no hacerlo? Mi aspecto era terrible, no dormía bien, tenía gripe lo que significa mocos chorreando de mi nariz (Ugh) Mi único abrigo o protección contra el frío era la patética bufanda y un sombrero gris de lana que me había regalado la directora cuando le pedí que pusiera en mi habitación un calentador, las chicas tal cual el primer día me miraban de arriba abajo. 


Con la chorla del desayuno en mano caminaba lenta eh insegura, temblaba y mis calcetines no calentaban para nada mis pies, afuera nevaba y todas se sentían tan afortunadas al verme, eso lograba que estás se dejasen de quejar de el hecho que su abrigo fuese de la temporada pasada, hablaban de mi entre susurros, lo sabía, camine y llegue hasta la mesa del fondo, libere mi charola y coloque mi frío trasero en la helada silla con sabe cuantos años de antigüedad, cerré los ojos con brusquedad, mis ojos se dilataron en cuestión de medio segundo y la mucosa de mi nariz salio en dirección a mi desayuno, acto seguido todo el comedor hizo una mueca y pronuncio su asco con un sonoro “Huh” pero Melisa reía desde la otra esquina y Jo fue la única que no mostró señales de aborrezco, me limpie con la servilleta, seque mis ojos con está misma ya que no tenía otra donde limpiarme, me levante, salí corriendo y llorando de aquella escena, no suelo ser de las que huyen pero no podía más esto definitivamente es lo más cercano al infierno. Corrí, corrí sin rumbo, sin dirección, la primera puerta que encontré la abrí con un golpe, era la biblioteca, me fui a un rincón y me puse a llorar, Karla la bibliotecaria se acerco a mi y me entrego un pañuelo en mano y en la otra llevaba una caja.



-Tranquila-susurro a mi oído, me abrazo con fuerzas y acaricio mi cabello desteñido y maltratado, retiro mi gorra y acaricio mi cuero cabelludo.-Todo va estar bien.

-Mientes-dije entre zorollos-Soy una mierda sabes, jamás debí golpear a Jo en la calle, jamás debí enamorarme de Jackson, jamás debí escapar del colegio, no debí teñir mi cabello de rosa, no debí tatuarme… Si no lo hubiera hecho, seguiría con mi vida perfecta en Atlanta con Scarlet y nada de esto hubiera sucedido-llore.

-Nena, si no te hubieses teñido el cabello y tatuado jamás te hubieran enviado aquí, si no te hubieses enamorado de Jason…-

-¡Jackson!-interrumpí

-¡Jackson! Lo siento, Jo nunca habría conocido Londres o salido del colegio o tomar alcohol, o vivir la experiencia más loca de su vida, si nunca hubieses entrado aquí todo seguiría igual y Jo estaría sola, triste… sin ti-Eran buenas sus justificaciones, pero no me convencían, seguía sintiéndome terrible conmigo misma.

-Era cuestión de tiempo para que hiciera una amiga sabes…-conteste.

-¿De que hablas?-se mostró confundida la bibliotecaria, era morena, alta, llevaba gafas y era guapa pero su ropa no le hacía justicia a su cuerpo.

-Jo tiene una nueva compañera de cuarto con la que se lleva genial, yo estoy sola en cada clase ¡Sabes lo horrible que es cuando los profesores piden trabajos en equipos y yo me quedo sola! Es humillante-Grité, “shh”, dijo ella.

-Todo va a mejorar, solo dale tiempo y mejorara.



Después de aquella inesperada charla me dio un atracón de hambre, a pesar de que la primera clase ya había empezado, decidí romper las reglas e ir al comedor por algo de desayunar, si me expulsaban o no me daba lo mismo, llegue a la mesa de bufete y comencé a devorarme las sobras, me llevaba estás directo a la boca, sin tenedor y cuchillo, tome un vaso mas o menos limpio y me serví leche en el, derepente escuche pasos en la enorme habitación, no me atreví a mirar quien era, preferí seguir devorando lo que quedaba en la mesa, está persona aun no identificada corrió a las puertas de la cocina, puse mis ojos en dirección a está y me di cuenta que se trataba de una estudiante, me limpie los restos de comida en mi boca con las mangas de mi suéter escolar y corrí a averiguar de quien se trataba y que hacia aquí, estaba nerviosa en cuanto empuje las puertas de la cocina tuve un mal presentimiento, no pude ver a nadie, así que seguí explorando la cocina “Un territorio desconocido”   


Me gire a la derecha y una chica se estaba metiendo a la boca toda la comida que encontraba en el refrigerador, no había nadie en está habitación, supongo que no era la primera vez que lo hace era delgada, muy delgada y llevaba el pelo liso, no le veía la cara, fui valiente y me acerque poco a poco, mi corazón comenzó a latir rápido, temía que girase su cabeza ciento ochenta grados y fuese la niña del exorcista, puse mi mano sobre su hombro y está al igual que el tétrico personaje se giro con rapidez y me impresiono… Era Jo.



-¿Jo que haces aquí?-Ella se levanto, se retiro el relleno cremoso de las oreo de la boca y barbilla pero no contesto, seguía masticando-¿No deberías estar en clase?

-¿Y eso a ti te importa acaso?-dijo en un tono agresivo, esa no era la Jo que conocía- De todas formas ya me iba-dijo y salió disparada en dirección a la puerta.

-¡Espera!-tire de su hombro y ella se giro con brusquedad, sus ojos mostraban una ira que jamás vi en alguien.

-¡Déjame en paz Vanesa!-retiro mi brazo de su hombro.

-No, no te dejare ¿Qué haces aquí? Y… ¿Por qué estás asaltando el refrigerador?-señale este aparato de cocina.

-No es de tu incumbencia-se quejo ella- ¡Tu que haces aquí para empezar!-

-No se si te diste cuenta pero llene de mocos mi desayuno, no eh almorzado nada, eh contestado a tu pregunta, ahora tu-reclame, ella se quedo callada por unos breves instantes, camino en dirección al fregadero, tomo un plato sucio y lo aventó hacia mi, logre esquivarlo pero estaba atónita por lo que acaba de suceder.-¡QUE MIERDA FUE ESO!-Tomo la pequeña manguera de el lavabo, tiro del gatillo y me mojo automáticamente, tan pronto como me distraje ella salió huyendo de ahí pero no contaba en que resbalaría por el agua que había derramado en contra mía.

-Mierda-escuche que susurro ella, no me iba a quedar ahí mojada y moqueando sin hacer nada, camine hacia ella le extendí mi mano, la miro confundida pero no contaba en que yo soy alguien profesional respecto a las venganzas, al levantarla tiraria nuevamente de ella hacia el suelo.



-No soy tan estúpida Jo-conteste, ella me dedico una mirada rencorosa, se levanto tomo otro plato del fregadero y lo aventó directo a mi, está vez los hot- cakes fueron a estrellar contra mi uniforme, yo tome con destreza la manguera y la ataque, fue una guerra en la cocina, olvidamos todo lo que sucedía fuera de está, nos arrojábamos todo lo que estaba en nuestro paso, ella lo encontraba como una forma de desquitarse y yo divertido, por más que trataba no paraba de reír y esto confundía a Jo y la hacia reír. Ella me insultaba y yo le lanzaba cumplidos y agradecimientos por lo dicho previamente a su ataque físico y verbal, esta era una experiencia que no cambiaria por nada, todo iba genial hasta que las grandes puertas se abrieron de par en par, era le directora y no se veía nada feliz.



-¡Que está pasando aquí!-grito, no contaba en que segundos antes de su entrada había arrojado a Jo una enorme tarta que seguro sería el postre de está tarde, la directora estaba repleta de crema de coco.- ¡A mi oficina
ahora!-



Jo me miro con ira, la misma mirada que me lanzo cuando entre a la cocina, tiro los trapos sucios que tenía planeado lanzarme y fue tras la directora, sacudí mis manos e hice lo mismo. Ya en su despacho, está se mostró seria, firme, pero no decepcionada.



-Ahora quiero que me contesten ¿Qué hacían en la cocina en horario de clases?-puso la mirada en Jo-Jo tu no eres de las que se escapan, ¿Qué hacías en la cocina?-Jo estaba muda, no sabía que contestarle.

-Señorita directora, yo puedo explicarle, verá…-iba a continuar cuando ella se levanto de su silla y me interrumpió-

-¡Deja que hable Vanesa! Le pregunte a Jo no a ti-

-Yo, es que… estaba, no desayune bien sabe, me dio una hambre insoportable y tenía que comer algo, cuando entre al comedor vi que había alguien en el bufete, no sabía que era Vanesa así que no quise interrumpir, camine a la cocina, abrí el refrigerador y tome todo lo que tuve a mi alcance, lo lamento mucho señorita directora-Dijo en su defensa Jo, agacho la cabeza, sabía que mentía.

-¿Y tú Vanesa?-se inclino hacia mi-¿Cuál es tu historia?

-Es muy similar, sabe estoy enferma, mis cobijas no cubren mucho y no tengo ni un maldito abrigo salvo este gorro, la bufanda y el suéter del colegio, lo que provoco que me enfermara de gripe, mientras desayunaba estornude en mi desayuno lo que hizo de este incomible, lo hice a un lado salí de el comedor por una emergencia y cuando termine con esto ya había timbrado, me importo un comino, fui directo a la mesa de comida, me atraque, escuche que alguien entraba, fui a averiguar quien era y encontré a Jo asaltando el refrigerador tal cual bulímica americana-Jo se trago su risa, tras como lo narre hasta la directora se estaba riendo, pero fue firme-

-¿Y la pelea?-cuestiono ¿Y ahora?

-Yo provoque a Jo, la hice enojar nuevamente, ella se defendió y le seguí el juego-

-Bueno, a pesar que su historia es razonable deberé castigarlas…

-¡Que!-grito Jo.

-Como los viejos tiempos-susurre yo-



Jo salió de la oficina dejándome a mi y a la directora a solas.



-¿Y tu vas a quedarte ahí sentada todo el día? ¿Qué no tienes clases? ¡Acelera el paso-señalo la directora la puerta con un bolígrafo fino sin mirarme a los ojos, estos estaban “concentrados” en un papel.-

-Gracias-dije-

-De nada-murmuro ella y volvió a señalar la puerta, antes que pudiera salir de la habitación está volvió a hablar- ¿Cuándo te apetece el castigo?-

-El viernes después de clases-conteste.

-Así será ¡Ahora muévete y no corras por el pasillo o tendré que ponerles el castigo separadas!



Y así salí con una enorme sonrisa de oreja a oreja de la oficina de la directora, un castigo nunca a sido una buena noticia para mi o para nadie, hasta ahora.

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