Todas las miradas se posaron
en mi ¿Y como no hacerlo? Mi aspecto era terrible, no dormía bien, tenía gripe
lo que significa mocos chorreando de mi nariz (Ugh) Mi único abrigo o protección
contra el frío era la patética bufanda y un sombrero gris de lana que me había
regalado la directora cuando le pedí que pusiera en mi habitación un
calentador, las chicas tal cual el primer día me miraban de arriba abajo.
Con
la chorla del desayuno en mano caminaba lenta eh insegura, temblaba y mis
calcetines no calentaban para nada mis pies, afuera nevaba y todas se sentían
tan afortunadas al verme, eso lograba que estás se dejasen de quejar de el
hecho que su abrigo fuese de la temporada pasada, hablaban de mi entre
susurros, lo sabía, camine y llegue hasta la mesa del fondo, libere mi charola
y coloque mi frío trasero en la helada silla con sabe cuantos años de antigüedad,
cerré los ojos con brusquedad, mis ojos se dilataron en cuestión de medio
segundo y la mucosa de mi nariz salio en dirección a mi desayuno, acto seguido
todo el comedor hizo una mueca y pronuncio su asco con un sonoro “Huh” pero
Melisa reía desde la otra esquina y Jo fue la única que no mostró señales de
aborrezco, me limpie con la servilleta, seque mis ojos con está misma ya que no
tenía otra donde limpiarme, me levante, salí corriendo y llorando de aquella
escena, no suelo ser de las que huyen pero no podía más esto definitivamente es
lo más cercano al infierno. Corrí, corrí sin rumbo, sin dirección, la primera
puerta que encontré la abrí con un golpe, era la biblioteca, me fui a un rincón
y me puse a llorar, Karla la bibliotecaria se acerco a mi y me entrego un
pañuelo en mano y en la otra llevaba una caja.
-Tranquila-susurro a mi
oído, me abrazo con fuerzas y acaricio mi cabello desteñido y maltratado,
retiro mi gorra y acaricio mi cuero cabelludo.-Todo va estar bien.
-Mientes-dije entre zorollos-Soy
una mierda sabes, jamás debí golpear a Jo en la calle, jamás debí enamorarme de
Jackson, jamás debí escapar del colegio, no debí teñir mi cabello de rosa, no
debí tatuarme… Si no lo hubiera hecho, seguiría con mi vida perfecta en Atlanta
con Scarlet y nada de esto hubiera sucedido-llore.
-Nena, si no te hubieses
teñido el cabello y tatuado jamás te hubieran enviado aquí, si no te hubieses
enamorado de Jason…-
-¡Jackson!-interrumpí
-¡Jackson! Lo siento, Jo
nunca habría conocido Londres o salido del colegio o tomar alcohol, o vivir la
experiencia más loca de su vida, si nunca hubieses entrado aquí todo seguiría igual
y Jo estaría sola, triste… sin ti-Eran buenas sus justificaciones, pero no me
convencían, seguía sintiéndome terrible conmigo misma.
-Era cuestión de tiempo para
que hiciera una amiga sabes…-conteste.
-¿De que hablas?-se mostró
confundida la bibliotecaria, era morena, alta, llevaba gafas y era guapa pero
su ropa no le hacía justicia a su cuerpo.
-Jo tiene una nueva
compañera de cuarto con la que se lleva genial, yo estoy sola en cada clase
¡Sabes lo horrible que es cuando los profesores piden trabajos en equipos y yo
me quedo sola! Es humillante-Grité, “shh”, dijo ella.
-Todo va a mejorar, solo
dale tiempo y mejorara.
Después de aquella
inesperada charla me dio un atracón de hambre, a pesar de que la primera clase
ya había empezado, decidí romper las reglas e ir al comedor por algo de
desayunar, si me expulsaban o no me daba lo mismo, llegue a la mesa de bufete y
comencé a devorarme las sobras, me llevaba estás directo a la boca, sin tenedor
y cuchillo, tome un vaso mas o menos limpio y me serví leche en el, derepente escuche
pasos en la enorme habitación, no me atreví a mirar quien era, preferí seguir devorando
lo que quedaba en la mesa, está persona aun no identificada corrió a las
puertas de la cocina, puse mis ojos en dirección a está y me di cuenta que se
trataba de una estudiante, me limpie los restos de comida en mi boca con las
mangas de mi suéter escolar y corrí a averiguar de quien se trataba y que hacia
aquí, estaba nerviosa en cuanto empuje las puertas de la cocina tuve un mal
presentimiento, no pude ver a nadie, así que seguí explorando la cocina “Un
territorio desconocido”
Me gire a la
derecha y una chica se estaba metiendo a la boca toda la comida que encontraba
en el refrigerador, no había nadie en está habitación, supongo que no era la
primera vez que lo hace era delgada, muy delgada y llevaba el pelo liso, no le
veía la cara, fui valiente y me acerque poco a poco, mi corazón comenzó a latir
rápido, temía que girase su cabeza ciento ochenta grados y fuese la niña del
exorcista, puse mi mano sobre su hombro y está al igual que el tétrico
personaje se giro con rapidez y me impresiono… Era Jo.
-¿Jo que haces aquí?-Ella se
levanto, se retiro el relleno cremoso de las oreo de la boca y barbilla pero no
contesto, seguía masticando-¿No deberías estar en clase?
-¿Y eso a ti te importa
acaso?-dijo en un tono agresivo, esa no era la Jo que conocía- De todas formas ya me iba-dijo y
salió disparada en dirección a la puerta.
-¡Espera!-tire de su hombro
y ella se giro con brusquedad, sus ojos mostraban una ira que jamás vi en
alguien.
-¡Déjame en paz Vanesa!-retiro
mi brazo de su hombro.
-No, no te dejare ¿Qué haces
aquí? Y… ¿Por qué estás asaltando el refrigerador?-señale este aparato de
cocina.
-No es de tu incumbencia-se
quejo ella- ¡Tu que haces aquí para empezar!-
-No se si te diste cuenta
pero llene de mocos mi desayuno, no eh almorzado nada, eh contestado a tu
pregunta, ahora tu-reclame, ella se quedo callada por unos breves instantes,
camino en dirección al fregadero, tomo un plato sucio y lo aventó hacia mi,
logre esquivarlo pero estaba atónita por lo que acaba de suceder.-¡QUE MIERDA
FUE ESO!-Tomo la pequeña manguera de el lavabo, tiro del gatillo y me mojo automáticamente,
tan pronto como me distraje ella salió huyendo de ahí pero no contaba en que resbalaría
por el agua que había derramado en contra mía.
-Mierda-escuche que susurro
ella, no me iba a quedar ahí mojada y moqueando sin hacer nada, camine hacia
ella le extendí mi mano, la miro confundida pero no contaba en que yo soy
alguien profesional respecto a las venganzas, al levantarla tiraria nuevamente de
ella hacia el suelo.
-No soy tan estúpida Jo-conteste,
ella me dedico una mirada rencorosa, se levanto tomo otro plato del fregadero y
lo aventó directo a mi, está vez los hot- cakes fueron a estrellar contra mi
uniforme, yo tome con destreza la manguera y la ataque, fue una guerra en la
cocina, olvidamos todo lo que sucedía fuera de está, nos arrojábamos todo lo
que estaba en nuestro paso, ella lo encontraba como una forma de desquitarse y
yo divertido, por más que trataba no paraba de reír y esto confundía a Jo y la
hacia reír. Ella me insultaba y yo le lanzaba cumplidos y agradecimientos por
lo dicho previamente a su ataque físico y verbal, esta era una experiencia que
no cambiaria por nada, todo iba genial hasta que las grandes puertas se
abrieron de par en par, era le directora y no se veía nada feliz.
-¡Que está pasando aquí!-grito,
no contaba en que segundos antes de su entrada había arrojado a Jo una enorme
tarta que seguro sería el postre de está tarde, la directora estaba repleta de
crema de coco.- ¡A mi oficina
ahora!-
Jo me miro con ira, la misma
mirada que me lanzo cuando entre a la cocina, tiro los trapos sucios que tenía
planeado lanzarme y fue tras la directora, sacudí mis manos e hice lo mismo. Ya
en su despacho, está se mostró seria, firme, pero no decepcionada.
-Ahora quiero que me
contesten ¿Qué hacían en la cocina en horario de clases?-puso la mirada en Jo-Jo
tu no eres de las que se escapan, ¿Qué hacías en la cocina?-Jo estaba muda, no
sabía que contestarle.
-Señorita directora, yo
puedo explicarle, verá…-iba a continuar cuando ella se levanto de su silla y me
interrumpió-
-¡Deja que hable Vanesa! Le
pregunte a Jo no a ti-
-Yo, es que… estaba, no
desayune bien sabe, me dio una hambre insoportable y tenía que comer algo,
cuando entre al comedor vi que había alguien en el bufete, no sabía que era
Vanesa así que no quise interrumpir, camine a la cocina, abrí el refrigerador y
tome todo lo que tuve a mi alcance, lo lamento mucho señorita directora-Dijo en
su defensa Jo, agacho la cabeza, sabía que mentía.
-¿Y tú Vanesa?-se inclino
hacia mi-¿Cuál es tu historia?
-Es muy similar, sabe estoy
enferma, mis cobijas no cubren mucho y no tengo ni un maldito abrigo salvo este
gorro, la bufanda y el suéter del colegio, lo que provoco que me enfermara de
gripe, mientras desayunaba estornude en mi desayuno lo que hizo de este
incomible, lo hice a un lado salí de el comedor por una emergencia y cuando
termine con esto ya había timbrado, me importo un comino, fui directo a la mesa
de comida, me atraque, escuche que alguien entraba, fui a averiguar quien era y
encontré a Jo asaltando el refrigerador tal cual bulímica americana-Jo se trago
su risa, tras como lo narre hasta la directora se estaba riendo, pero fue
firme-
-¿Y la pelea?-cuestiono ¿Y
ahora?
-Yo provoque a Jo, la hice
enojar nuevamente, ella se defendió y le seguí el juego-
-Bueno, a pesar que su
historia es razonable deberé castigarlas…
-¡Que!-grito Jo.
-Como los viejos
tiempos-susurre yo-
Jo salió de la oficina dejándome
a mi y a la directora a solas.
-¿Y tu vas a quedarte ahí
sentada todo el día? ¿Qué no tienes clases? ¡Acelera el paso-señalo la
directora la puerta con un bolígrafo fino sin mirarme a los ojos, estos estaban
“concentrados” en un papel.-
-Gracias-dije-
-De nada-murmuro ella y
volvió a señalar la puerta, antes que pudiera salir de la habitación está volvió
a hablar- ¿Cuándo te apetece el castigo?-
-El viernes después de
clases-conteste.
-Así será ¡Ahora muévete y
no corras por el pasillo o tendré que ponerles el castigo separadas!
Y así salí con una enorme
sonrisa de oreja a oreja de la oficina de la directora, un castigo nunca a sido
una buena noticia para mi o para nadie, hasta ahora.
Oh my gosh! :D siguela es perfecta!
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